MINIMALISMO SALVAJE, así es como H&J describieron su gran día desde el primer momento sin saber cómo.
Dándole una súper prioridad a la fiesta, Helena y Jordi quisieron crear un ambiente único que combinase a la perfección la elegancia, el estilo boho, festivalero y delicado.
Creamos su ceremonia desde cero en mitad de un campo con unas vistas privilegiadas al Berguedà a las 19.00h de la tarde en pleno mes de julio.
El aperitivo se desarrolló en el jardín de la finca, con unas vistas únicas acompañadas por un saxo que versionaba canciones de todos los estilos con un toque techno – house único.
Desde el primer día Helena nos dejó muy claro cómo quería que fuese el seating plan, quería que fuese con chupitos de Tequila, limón y sal. Y así lo hicimos, alquilamos una estantería dorada y la completamos con 140 vasos de chupito, cada vaso llevaba una mini etiqueta con el nombre de cada invitado y el nombre de la mesa que le habían asignado los novios.
¿Y qué mejor que una cena de bajo una carpa beduina con luces y nubes de pampas colgando? Sin duda un acierto seguro, que terminó enamorándolos. La distribución del banquete la presidía la mesa presidencial y perpendicularmente dos mesas de 20 invitados cada una y a su alrededor distintas mesas redondas. Todas las mesas iban decoradas con una composición de velas en tarros de cristal y ramas entrelazadas de Paniculata.
Ésta boda culminó con lo más esperado por los novios, el festival de su vida. Cinco horas de fiesta, Hora loca y diversión fueren el cierre perfecto.
#heyjoefest
Y es que el bodón de Helena y Jordi se puede resumir en ésta sola palabra.
Un sinfín de e-mails, reuniones, presupuestos, visitas, whatsapps y un equipazo de proveedores son el resumen de los 10 meses de preparativos que hicieron posible su gran día.